El vino de Rioja es, históricamente, uno de los mejores y más distinguidos en todo el mundo. La Denominación de Origen Calificada Rioja se caracteriza por la  producción de vinos con carácter único a partir principalmente de uvas de Tempranillo, Graciano, Mazuelo y Garnacha.

Nuestros viñedos se sitúan en un entorno privilegiado. Somos vitivinicultores, y entendemos que en la viña está el origen de un buen vino. La tierra marca nuestra identidad y nos permite elaborar los vinos característicos de Murillo Viteri: suaves, redondos y fáciles de beber.

CALIDAD DE LA UVA

La calidad del vino está directa y estrechamente relacionada con la calidad de la uva, lo que condiciona el esmero en las labores y cuidados del campo. El 100% de la uva recepcionada en bodega proviene de vendimia manual, realizada por miembros de la familia y vendimiadores experimentados que hacen la primera selección del grano en la propia viña.

Durante la recepción de la uva catamos el fruto de cada entrega y los analizamos en nuestras propias instalaciones para hacer una segunda selección de uva. Sólo los mejores frutos se destinan a la elaboración final de nuestros vinos. Tras rigurosos controles, obtenemos un vino de la más alta calidad, consecuencia del bien hacer de todos los miembros del equipo de Bodegas Murillo Viteri.

Uvas Tempranillo

MIMO Y DETALLE EN LA ELABORACIÓN DE NUESTROS VINOS

Depósitos Vino Rioja Murillo Viteri

En nuestra bodega, los depósitos de vinificación son bajitos y anchos (4mx3,5m). Gracias a ello, obtenemos una mejor extracción de la materia colorante proveniente de los hollejos.

Además, la forma y el tamaño de los depósitos condicionan la arquitectura de nuestra singular bodega, que cuenta con un sistema de climatización free cooling para el aprovechamiento de las temperaturas nocturnas riojanas. Un exquisito mimo en la elaboración y en la crianza perfilan el estilo de nuestros vinos de Rioja: suaves, redondos y fáciles de beber.

ELABORACIÓN DE VINO BLANCO

Vino Blanco Rioja

La Rioja, una región vinícola icónica en España, es reconocida por su excelente producción de vinos de calidad, tanto tintos como blancos. En particular, el vino blanco de Rioja ha ganado renombre internacional debido a su distinción y carácter propio.

El primer paso crucial en la elaboración del vino blanco de Rioja es la elección de las uvas. La región se enorgullece de contar con una variedad de uvas blancas autóctonas, entre las que se destaca la Viura. Estas uvas, que crecen en viñedos de altitud y suelos arcillo-calcáreos característicos de la zona, aportan la base para la creación de vinos elegantes y equilibrados.

En Murillo Viteri trabajamos principalmente con Viura y Malvasía para la elaboración del Blanco Murillo Viteri. Este arte del ensamblaje es fundamental para lograr la armonía y la expresión máxima de las uvas seleccionadas.

Una vez que las uvas han alcanzado su punto óptimo de madurez, se lleva a cabo la vendimia. La realizamos de forma manual, permitiendo una selección cuidadosa de los racimos. Este proceso manual garantiza que solo las uvas más sanas y de mejor calidad sean cosechadas y utilizadas en la elaboración del vino blanco.

Una vez recolectadas, las uvas se transportan a la bodega para iniciar el proceso de vinificación. En primer lugar, las uvas se despalillan y se prensan suavemente para extraer el mosto. Este mosto se somete a una fermentación alcohólica controlada en depósitos de acero inoxidable, donde las levaduras convierten los azúcares en alcohol.

Una vez terminada la fermentación, sometemos al vino a una clarificación y estabilización, utilizando técnicas como el frío y el uso de clarificantes naturales. Estas técnicas permiten eliminar impurezas y sedimentos, garantizando que el vino esté limpio y brillante antes de su embotellado.

Finalmente, el vino blanco de Rioja se embotella y se le concede un período mínimo de reposo en la bodega antes de ser lanzado al mercado. Durante este tiempo, el vino continúa su evolución, afinándose y adquiriendo mayor complejidad en botella.

ELABORACIÓN DE VINO ROSADO

Vinos Rosados

El vino rosado de Rioja ha ganado popularidad en los últimos años debido a su carácter fresco y versátil. Es un vino para disfrutarlo en cualquier momento. El primer paso clave en la elaboración del vino rosado de Rioja es la elección de las uvas.

La región de Rioja cuenta con una amplia variedad de uvas que se utilizan para elaborar sus vinos rosados. Para elaborar el vino rosado, se seleccionan cuidadosamente uvas tintas como la Tempranillo, Garnacha y Mazuelo, conocidas por su equilibrio y sabores afrutados y se combinan con uvas blancas como la Viura. Esta combinación extrae las mejores características de ambas ramas.

Una vez que las uvas alcanzan la madurez óptima, se lleva a cabo la vendimia. En la Rioja, se realiza de forma manual para garantizar una selección minuciosa de los racimos. Esta recolección manual permite cosechar solo las uvas de la más alta calidad y en el momento perfecto de madurez, asegurando así la obtención de un vino rosado fresco y equilibrado.

La uva, despalillada y ligeramente estrujada, se pasa directamente a la prensa. Allí se controla la maceración del líquido con los hollejos. Este proceso se define el color característico del vino rosado.

Una vez obtenido el mosto, se eliminan las materias en suspensión mediante el proceso natural de decantación. A continuación, el mosto ya limpio, se pasa a los depósitos de fermentación para llevar a cabo una fermentación alcohólica controlada a una temperatura baja para preservar los aromas y sabores frutales. Durante este proceso, las levaduras transforman los azúcares presentes en el mosto en alcohol, creando un vino joven y refrescante.

Después de la fermentación, el vino rosado se clarifica y estabiliza antes de su embotellado. Esto implica la eliminación de impurezas y sedimentos mediante procesos de filtración y clarificación, asegurando así un vino limpio y cristalino.
Finalmente, el vino rosado de Rioja se embotella y se le permite un periodo de reposo en la bodega antes de su lanzamiento al mercado. Durante este tiempo, el vino continúa desarrollando su carácter y refinándose, alcanzando su plenitud y equilibrio antes de que llegue a las manos de nuestros clientes.

El vino Murillo Viteri Rosado está experimentado un aumento en la demanda debido a su versatilidad en la mesa y su capacidad para maridar con una amplia variedad de platos. Su frescura y ligereza lo convierten en el compañero perfecto para ensaladas, mariscos, platos de aves y aperitivos, así como para disfrutarlo por sí solo en cualquier momento del día.

ELABORACIÓN DE VINO TINTO

Vinos Tintos Rioja

La Rioja se enorgullece de contar con una variedad de uvas tintas autóctonas, entre las que destaca el Tempranillo como variedad reina.

El primer paso para la elaboración de nuestros tintos de calidad es la elección de las uvas.

En Murillo Viteri combinamos la uva Tempranillo con el Graciano y el Mazuelo para la obtención de nuestros vinos de guarda. Para el vino tinto joven Apostamos desde tiempos remotos por el Tempranillo con un ligero toque de Viura.

Este arte del coupage es fundamental para lograr la armonía y la expresión máxima de las uvas seleccionadas. Una vez que las uvas han alcanzado su punto óptimo de madurez, se lleva a cabo la vendimia. La realizamos de forma manual, permitiendo una selección cuidadosa de los racimos.

Las uvas llegan a nuestra bodega en pequeños remolques poniendo mucha atención a que lleguen las uvas a bodega lo más enteras posibles para evitar oxidaciones.

Una vez en bodega existen dos tipos de elaboración diferentes. La más utilizada por nosotros es la elaboración mediante despalillado. Consiste en retirar los raspones del racimo en la despalilladora, antes de la fermentación, obteniendo así vinos apropiados para un largo período de envejecimiento.

Si por el contrario la uva entera pasa a los depósitos de fermentación, el sistema es conocido como “maceración carbónica”. En este caso, los vinos obtenidos serán suaves, con bastante cuerpo y más adecuados para el consumo en su primer año. La combinación de ambas, dependiendo del tipo de vino, nos permite extraer lo mejor de cada tipo de uva.

Durante la fermentación se remonta el mosto, de la parte inferior a la superior, a la vez que la temperatura permanece constante. Este proceso se conoce como “remontado”. Las pieles de la uva flotan en el mosto formando una especie de pastel, al que llamamos sombrero. Hacemos pasar el mosto varias veces al día a través del “sombrero” mientas que los azúcares se van convirtiendo en alcohol, es decir el mosto se va convirtiendo en vino a la vez que gana en color y estructura.

Al finalizar la fermentación se lleva a cabo el descube: una vez separadas las materias sólidas, (las pieles de la uva), el vino pasa a los depósitos de almacenamiento, donde es uevamente sometido a controles de calidad.

Las pieles de la uva, también llamados hollejos, se llevan a una prensa, donde tras un leve prensado se extrae el llamado “vino de prensa”.

El Consejo Regulador, mediante exámenes organolépticos y analíticos, determina si el vino es apto para la Denominación de Origen Calificada “Rioja”. Las pruebas organolépticas se realizan en las instalaciones del Consejo Regulador; mientras que las analíticas se llevan a cabo en la Casa del Vino en Laguardia (Álava) y en la Estación Enológica de Haro (La Rioja).

La crianza de los vinos de Rioja se realiza en barricas de roble de 225 litros, con trasiegas periódicas, complementándose después en botella. Rioja es el mayor parque de barricas del mundo con más de 1.300.000 barricas.

La Rioja es conocida por su tradición enológica en cuanto al envejecimiento del vino en barricas de roble. Después de la fermentación, parte del vino tinto se traslada a barricas de roble francés o americano, donde se lleva a cabo la crianza. Esta etapa es esencial para otorgar al vino su complejidad y carácter distintivo. Durante este periodo, el vino tinto adquiere notas de vainilla, especias y tostado provenientes del roble, y se produce una microoxigenación que suaviza los taninos y aporta mayor estructura.

Después de la crianza en barrica, el siguiente paso es el ensamblaje. En esta etapa, se seleccionan y mezclan diferentes vinos provenientes de distintas barricas para lograr la expresión y el equilibrio deseado por los enólogos de la bodega. El arte del ensamblaje es clave para obtener un vino tinto armonioso y de alta calidad.

Una vez finalizado el proceso de ensamblaje, el vino tinto de Rioja pasa por un periodo de clarificación y estabilización. Esto asegura que el vino esté limpio y sin impurezas antes de su embotellado final.

Finalmente, el vino tinto de Rioja es embotellado y se le concede un tiempo de reposo en la bodega antes de ser lanzado al mercado. Durante este periodo de reposo, el vino continúa su evolución en la botella, afinándose y adquiriendo mayor complejidad y elegancia.

El vino tinto de Rioja se caracteriza por su amplio abanico de estilos, desde vinos jóvenes y frescos hasta reservas que han pasado años en barricas y botella. Cada uno de estos estilos refleja el legado y la tradición de la región, así como el arte y la pasión de los enólogos.

Los vinos tintos de Rioja son apreciados por su capacidad de maridaje con una amplia variedad de platos. Su estructura, equilibrio y riqueza de sabores los convierten en compañeros ideales para carnes rojas, caza, quesos curados y platos de cocina mediterránea. La versatilidad del vino tinto de Rioja lo convierte en una elección segura para cualquier ocasión y paladar.

Disfrutar de una copa nuestros tintos de Rioja es sumergirse en la rica historia vinícola de la región y apreciar el talento y la dedicación de las personas dan vida a estas obras maestras enológicas.