Kike Arroyabe

Realmente es solo una persona, pero si estás más de 10 minutos con él… ¡te parecerá que son tres! Nunca nos ha confesado que toma para desayunar pero llega a bodega todos los días con las pilas a máxima carga.

Tras echarnos cariñosamente la bronca a los compañeros porque “llevo 3 minutos esperando”, empieza cada día su labor comercial y de comunicación a las 6 de la mañana. Su simpatía personal y su amor hacia la filosofía que representa en Bodegas Murillo Viteri hacen de él un comunicador nato.

Eficiente, organizado y cumplidor, visita cada día a docenas de amigos y clientes en la bodega para atender a todo el mundo. Es también un gran “escuchador” capaz de identificar las necesidades y orientarte si tus gustos van más hacia el Murillo Viteri Reserva, hacia el Crianza Aranzubia , o a cualquier otro de los vinos de la bodega. Es un gran amante de la velocidad y de las motos.

Todos los Viernes llega a bodega con su motaza T Max con la que va a visitar a los clientes. Sus otras pasiones son Sonia, su encantadora mujer, y sus hijos Lucia, Andrea, Kike y Diego.

Bodegas Murillo Viteri