Al hablar sobre la crianza de un vino, uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es lo que aporta la madera al vino. Las barricas no son solamente un envase para su almacenaje, sino que, gracias a su paso por ellas, el vino adquiere nuevas capas en su personalidad. Gracias a la microoxigenación conseguida a través de los poros de la madera, el vino evoluciona adquiriendo nuevos aromas y matizando su sabor.

La madera con la que comúnmente se elaboran las barricas proviene del roble, ya que es la que mejor respeta las cualidades organolépticas del vino. El roble americano hace que el vino sea más aromático, pero con un menor aporte tánico, ya que es bastante poroso. El grano de la madera de roble francés, en cambio, es más fino y la cantidad de aire aportada es menor, por lo que los matices que aporta son más sutiles y delicados.

Dependiendo del grado de tostado, el vino adquirirá unos aromas y características u otros. El tostado es un proceso en la elaboración de las barricas que hace que las duelas sean lo suficientemente flexibles para doblarse y darles la forma de la barrica final. Una barrica con las duelas menos tostadas aportará matices más inmaduros, como el clásico aroma a madera o a nuez, mientras que, con un tostado fuerte, se apreciaran aromas ahumados.

El tamaño de la barrica también influye en el estilo del vino, siendo la bordelesa de 225 litros la que utilizamos para elaborar el vino de Rioja en Bodegas Murillo Viteri.

Qué aporta la madera al vino

La madera es un material vivo, el cual trasmite sus cualidades al vino, potenciando sus características y aportando diferentes matices organolépticos.

Sabor

El sabor que aporta la madera al vino dependerá del tiempo en el que esté criándose en la barrica. A partir de los seis meses podemos comenzar a apreciar sabores de vainilla o caramelo. Además, la crianza en barrica añadirá cuerpo y estructura al vino.

Color

Tanto en el blanco como en el tinto, la barrica hace que la tonalidad del vino se incremente. Esto es debido a que los taninos de la barrica reaccionan con los antocinos del vino, los cuales son los encargados de proporcionar la coloración al vino.

Olor

Los aromas que aporta la madera al vino también dependerán del tipo de madera y del tiempo de crianza. Los aromas terciarios del vino tinto evolucionan mucho en esta fase. Además de percibir el característico aroma a roble, nos encontraremos con aromas de vainilla, regaliz o anís, y en función del grado de tostado que tenga, encontraremos también aromas a café, chocolate o ahumados.

Durabilidad

La barrica hace que se prolongue la vida del vino, debido a que la madera proporciona taninos que ayudan con el envejecimiento.

En el caso de Bodegas Murillo Viteri, te invitamos a degustar nuestros vinos tintos criados, como el Murillo Viteri Reserva o nuestro Crianza Aranzubia, donde se puede apreciar un equilibrio entre la madera y la fruta. ¿Los has probado ya? ¿Aprecias los aromas terciaros provenientes del roble en los vinos criados?